Frases
Los más insolentes en la prosperidad son en la adversidad los más débiles y cobardes; doblan la cerviz en faltándoles la autoridad, y se les ve tan abatidos como se les conoció soberbios; en un momento pasan de un extremo a otro.
El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda.
Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato!
Si realmente reflexionas, todo es maravilloso en este mundo, todo, excepto nuestros pensamientos y acciones cuando nos olvidamos de reflexionar.
Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.
Entiendo por religión, no ya un conjunto de ritos y costumbres, sino lo que está en el origen de todas las religiones, poniéndonos cara a cara con el Creador.
Aquella se podrá llamar suma y verdadera riqueza, que poseída se desprecia, que sólo sirve al remedio de necesidades, que se comunica con los buenos y se reparte con los amigos.
El que más sabe, sabe que es mucho menos lo que sabe, que lo que ignora; y así como su discreción se lo da a conocer, su sinceridad se lo hace confesar.
El mejor indicio de sabiduría es la concordancia entre las palabras y las obras.
La sabiduría no es otra cosa que la medida del espíritu, es decir, la que nivela al espíritu para que no se extralimite ni se estreche.