Frases
El que yo tenga cariño, y muchas veces demasiado cariño, a la sabiduría, obedece al hecho de que me recuerda a la vida. Tiene ella el mismo mirar, la misma risa... ¿Qué culpa tengo yo de que las dos se parezcan tanto?
Es de mayor estimación lo poco que sabe el sabio, que lo mucho que el rico tiene.
Se cree en la sangre que corre y se duda de las lágrimas.
Este cuerpo, por los cinco mensajeros que llamamos sentidos, no percibe sino cosas corporales; pero las inteligibles y espirituales se perciben con la mente.
No hay alma, por poco noble que sea, que permanezca tan aferrada a los objetos de los sentidos que, a veces, no se aparte de ellos para desear un bien mayor.
No te aflijas, sino alégrate de preferir ser, aún siendo miserable.
Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a otros.
Siempre es simpático el que triunfa.
Quien tiene mucho, desea más, lo que demuestra que no tiene bastante, pero quien tiene bastante, ha llegado a un punto que el rico nunca llegará.
El tiempo sólo se calcula por la felicidad o por el dolor.