Frases
No deben preocuparnos las arrugas del rostro, sino las del cerebro.
La nada es un infinito que nos envuelve: venimos de allá y allá nos volveremos. La nada es un absurdo y una certeza; no se puede concebir, y, sin embargo, es.
El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida.
Las citas, cuando quedan esculpidas en nuestra memoria, nos sugieren pensamientos originales; además, despiertan en nosotros el deseo de leer a los autores de los cuales han sido tomadas.
La base de nuestra civilización está en la libertad de cada uno, en sus pensamientos, en sus creencias, en sus opiniones, su trabajo y sus ocios.
Cuando no comprendemos una cosa, es preciso declararla absurda o superior a nuestra inteligencia, y generalmente, se adopta la primera determinación.
En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad.
La conciencia vale por mil testigos.
El hombre se revela en la conversación no solo por lo que dice, sino por lo que calla.
Hay un camino seguro para llegar a todo corazón: es el amor.