Frases
Quien habla de los defectos ajenos, habla también de los tuyos a los demás.
Del fanatismo a la barbarie, sólo media un paso.
La sabiduría no es otra cosa que la ciencia de la felicidad.
Engullimos de un sorbo, la mentira que nos adula y bebemos gota a gota, la verdad que nos amarga.
La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
La obra clásica es un libro que todo el mundo admira, pero que nadie lee.
Todos los buenos libros tienen en común que son más verdaderos que si hubieran sucedido realmente.
Un idealista es un hombre que, partiendo de que una rosa huele mejor que una col, deduce que una sopa de rosas tendría también mejor sabor.
La sabiduría de los ancianos es un gran error. No se hacen más sabios sino más prudentes.