Frases
La liberación del deseo conduce a la paz interior.
La revolución no se hace por menudencias, pero nacen por menudencias.
Solamente el hombre religioso es siempre el mismo. Porque su Dios no cambia.
Un hombre de estado, debe tener el corazón en la cabeza.
El galardón de las buenas obras es haberlas hecho. No hay otro premio digno.
Cuando se busca tanto el modo de hacerse temer se encuentra siempre primero el de hacerse odiar.
Una persona perezosa es un reloj sin agujas, siendo inútil tanto si anda como si está parado.
Sin mentiras la humanidad moriría de desesperación y aburrimiento.
Se puede admitir la fuerza bruta, pero la razón bruta es insoportable.
Ninguno nace libre de vicios y el hombre más perfecto es aquel que sólo tiene los pequeños.